xoves, 29 de agosto de 2024

La magia de la memoria compartida

Volver a Herbón, volver…

La magia de la memoria compartida


Hay lugares en la vida que no solo son puntos en un mapa, sino espacios sagrados en el corazón. Para aquellos que alguna vez cruzaron los umbrales del Seminario Franciscano de Herbón, este rincón de Galicia es uno de esos lugares. Un espacio que, lejos de ser simplemente una institución educativa, se convirtió en un hogar, un santuario donde se forjaron amistades eternas y se adquirieron valores que aún hoy iluminan nuestras vidas.

Cada año los antiguos alumnos de este centro nos reunimos en un reencuentro que es mucho más que una mera celebración. Es un regreso a la fuente, un volver a nuestras raíces, a ese "Herbón" que habita en lo más profundo de nuestros corazones. Este acto anual, canalizado a través de la Asociación Sociocultural "Amigos de San Francisco de Asís" (ASAFA), es una oportunidad única para reconectar, no solo con nuestros compañeros, sino también con nosotros mismos, con ese joven soñador que alguna vez fuimos.

El himno de la fraternidad

El himno de los antiguos alumnos del Seminario es un canto que resume en sus versos la esencia de lo que significa volver a Herbón. "Cumplidos los años de caudal de la vida, volvemos como pródigos a incógnita acogida", dice la primera estrofa, evocando el regreso al hogar después de haber recorrido el camino de la vida. No importa cuánto tiempo haya pasado, cuántas canas nos cubran la cabeza o cuántas arrugas surquen nuestro rostro. Volver a Herbón es volver a la juventud, a esa época dorada en la que el mundo estaba lleno de posibilidades y todo parecía al alcance de la mano.

Este himno no solo es una melodía que cantamos con fervor en nuestros reencuentros, sino un recordatorio constante de que las experiencias compartidas en Herbón son un lazo indisoluble que nos une para siempre. En cada verso, se encierra la nostalgia, pero también la esperanza de que ese reencuentro anual no sea solo un acto de memoria, sino una renovación de nuestros lazos fraternos.

La enseñanza que perdura

En Herbón (Castroverde, Ponteareas, Compostela, Louro...), no solo se nos enseñó a latín, lengua, ciencias y religión; se nos enseñó a vivir. Los franciscanos, con su ejemplo y sus palabras, nos inculcaron valores que siguen siendo la brújula que guía nuestras vidas: la humildad, la solidaridad, el amor por la naturaleza y el compromiso con el prójimo. Estos valores son los que ASAFA promueve a través de sus actividades, manteniendo viva la llama de la fraternidad que encendieron nuestros maestros.

Los encuentros que organizamos no solo son momentos para recordar el pasado, sino para reflexionar sobre el presente y el futuro. Las personas que voluntaria y desinteresadamente impulsan ASAFA, con su inquebrantable dedicación, posibilitaron que la asociación sociocultural fuera la batuta que ha dirigido la vida social del colectivo, creando espacios donde seguimos cultivando esa fraternidad que germinó en los patios y aulas de Herbón.

Volver a Herbón, como la primera vez

"Volver a Herbón, volver, es lo que yo quisiera", resuena en cada reencuentro el estribillo del himno. Y es que, aunque hayan pasado décadas desde la última vez que cruzamos las puertas del seminario como estudiantes, cada regreso es como la primera vez. La emoción es la misma, la ilusión sigue intacta, y el vínculo que nos une se fortalece con cada abrazo, con cada anécdota compartida.

Hoy, al prepararnos para el próximo reencuentro, sentimos esa mezcla de nostalgia y alegría que nos embarga el alma. Somos peregrinos que regresan a su franciscana infancia, buscando en cada rincón del viejo seminario ese regalo del ayer, ese tiempo sin distancia donde aún éramos niños, donde aún todo era posible.

Este 31 de agosto, cuando nos reunamos una vez más, no solo celebraremos el pasado, sino que renovaremos nuestro compromiso con los valores y la fraternidad que nos unen. Porque volver a Herbón no es simplemente regresar a un lugar físico; es volver a ser parte de algo más grande que nosotros mismos, es volver a sentirnos hermanos.



Así, juntos, seguiremos cantando nuestro himno, con la esperanza de que esta fraternidad que nos une nunca se apague, y que cada reencuentro nos llene de la misma emoción que sentimos "como la vez primera".



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