martes, 27 de agosto de 2024

Molinero: Alma del reencuentro que nos une

Su espíritu pionero nos convoca cada año

Molinero: Alma del reencuentro que nos une

José Luis Rodríguez Molinero es la figura clave en el origen de los reencuentros de los antiguos alumnos del Seminario Franciscano de Herbón, conocidos como “Herbón na lembranza”, que se acerca a su primer cuarto de siglo (25 años de celebraciones). Esta iniciativa, nacida en 2001, fue impulsada con entusiasmo por este compañero del curso de 1952, quien además destacó como catedrático de Filosofía en la Universidad de Salamanca. Reconocido pedagogo en su campo, Molinero es autor de numerosas publicaciones que reflejan su profunda contribución al ámbito académico.

A medida que nos preparamos para el reencuentro anual en Herbón, que se celebrará el 31 de agosto, no podemos dejar de rendir un merecido tributo a Molinero, una de las piedras angulares de nuestro colectivo. Su prematuro fallecimiento dejó una profunda e insuperable ausencia, recordada con un emotivo homenaje póstumo en Cacabelos (León) el 16 de marzo de 2013 (simbólico lugar por haber celebrado aquí, en 2001, la primera “xuntanza”). Más de un centenar de compañeros, amigos y familiares se reunieron para honrar su memoria, resaltando su legado en diversas intervenciones, en un acto que sigue vivo en nuestro recuerdo. En su momento contado así:

"Estamos aquí porque compartimos algo en común, Herbón, y mantener vivo Herbón supone que nosotros seguimos vivos: no solo es una cuestión de revivir unos años claves de nuestra historia vital, de nuestra educación, sino también de recuperar nuestra propia memoria sentimental, algo en lo que José Luis R. Molinero fue un precursor y un abanderado por ser el creador institucional de las Xuntanzas o Encontros anuales". Así lo proclamó el presentador del acto de homenaje, el periodista Luis Cristobo, ante más de un centenar de compañeros-as y amigos-as que se congregaron en el restaurante El Apóstol, de Cacabelos, para recordar a Molinero justo cuando se cumplen los cinco años de su prematuro fallecimiento.

Al acto asistieron los dos hijos de José Luis R. Molinero, Pablo y Carlos, quienes recibieron una placa conmemorativa por parte del presidente de la comisión organizadora del XII Encontro Anual, Juan M. Carpintero, y contó con la presencia del catedrático de Extremadura Florencio Vicente Castro y el profesor de Valladolid Juan Donoso Valdivieso Pastor, quienes presentaron sendas ponencias de "honor y significación en memoria de José Luis" y sobre el "espacio antropológico" que le tocó vivir al homenajeado.

"El que come pan y bebe vino"

Florencio Vicente -quien fue alumno y amigo personal de José Luis- arrancó su discurso con una premisa básica: "Se comparte lo que se tiene y se tiene lo que se comparte", para asegurar que el homenajeado "era celoso de su intimidad, pero daba todo en su entrega, en su afecto, en su amistad y en su dedicación: era de esos hombres plenos de generosidad". El catedrático extremeño explicó el pensamiento filosófico de Molinero no solo desde la praxis científica sino también "como ser social que come pan y bebe vino", como lo definió Hesíodo, es decir, como  "fabricador de utillaje y de cultura" para resumir el pensamiento de José Luis: "El hombre es y consiste en su apertura al más allá".


Con este punto de partida, según Florencio Vicente, José Luis da un paso más: desde el conocimiento de la ciencia es necesario conocer el ser humano y su desarrollo. "Y asumió bien que la confluencia entre la Etnología y otras ciencias delimita un vasto campo donde se debaten muchas cuestiones que son centrales para las ciencias humanas, la cultura, la personalidad, la mitología, la religión, el saber general", según explicó, de manera que José Luis "avanzó en el conocimiento de las cosmovisiones, mitologías y modos de vida diferentes". A ese ser humano concreto "y a su comprensión más profunda dedicó su vida científica José Luis R. Molinero", concluyó Florencio Vicente.

Acto en Cacabelos, 16 de marzo de 2013

Cuarenta años de Quintana de Fuseros

Por su parte, el profesor vallisoletano Donoso Valdivieso centró su intervención en el "espacio antropológico" del homenajeado, nativo (1940) de Quintana de Fuseros, "una localidad menor perteneciente al municipio de Igüeña, donde la mayor parte de sus habitantes entonces vivían de la agricultura, ganadería y minería, mientras que en la actualidad el medio de vida principal son las pensiones". 
 
Basándose en documentación de la época, Valdivieso adjudicó a Molinero el papel de "observador participante" pues justo al poco de nacer sus vecinos "emigran a los países del Nuevo Continente en busca de fortuna", se instala la traída de aguas a tres fuentes del pueblo y una nueva campana "proporciona la hora del día para situar mejor el tiempo" y ya no es preciso ir a la casa del Tío Tomajillo a observar el reloj de sol en su fachada", así como el lavadero de El Canelón.

Libros publicados por Rodríguez Molinero

En 1943 Tío Vizcayo consigue la licencia de tabacos y un año más tarde "de la mano de Lorenzo La Caramela llega al pueblo la primera bicicleta de la que hay testimonio". En 1945 un vecino emprendedor llamado El Tío Miguel inicia la elaboración de gaseosas (hoy Espumosos López SL). Entre 1950-1951 se conecta la luz de la ELSA desde la mina de MINEX al pueblo colocando el transformador a la entrada de este por Las Linares y después llega el saneamiento y pavimentación de las calles, todo costeado por los vecinos con dinero o trabajo.

El Crucificado

Según explicó Valdivieso, “la página web que he consultado sobre Quintana de Fuseros resalta que “el visitante encontrará hospitalidad, tranquilidad, belleza, y sobre todo la nobleza de sus gentes”. Ofrece parajes de gran hermosura y un atractivo paisajístico extraordinario pues se puede practicar senderismo por las pistas forestales existentes, donde sorprende el nacimiento de un río, las brañas de los pastores, los molinos de agua, la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y la Ermita del Santo Cristo de la Cabaña, que alberga la procesión de los amortajados", en la que "parece ser" que participó el propio José Luis pues leyó un poema al Crucificado, como es tradicional en esta fiesta.

Rodríguez Molinero y Fr. Antonio Tembra

Tras la lectura de un par de mensajes de última hora -en uno de Porfirio José Bentosinos se propone nombrar a Molinero "Padre Provincial de los Exalumnos"-, intervinieron Emiliano Vázquez, Rogelio González “Escaleira”, Jesús García y Pedro García Fernández, quienes expusieron sus vivencias con el homenajeado. El presentador del acto defendió, ya en el tono más festivo de la comida de hermandad, que "Internet habita en lo que se llama el ciberespacio, ese lugar que está justo antes del cielo, de manera que José Luis podrá estar al día de todo lo que hacen ahora sus antiguos compañeros".  Tras la comida, el Coro de Herbón cantó el himno oficial bajo la experta
dirección de Ángel Viro.


👉Dos de los artículos académicos del que es autor Rodríguez Molinero publicados en revistas científicas de humanidades

Artículo completo de R. Molinero



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