Molinero: Alma del reencuentro que nos une
Su espíritu pionero nos convoca cada año
Molinero: Alma
del reencuentro que nos une
José Luis Rodríguez Molinero es la figura clave en el origen de los reencuentros de los antiguos alumnos del Seminario Franciscano de Herbón, conocidos como “Herbón na lembranza”, que se acerca a su primer cuarto de siglo (25 años de celebraciones). Esta iniciativa, nacida en 2001, fue impulsada con entusiasmo por este compañero del curso de 1952, quien además destacó como catedrático de Filosofía en la Universidad de Salamanca. Reconocido pedagogo en su campo, Molinero es autor de numerosas publicaciones que reflejan su profunda contribución al ámbito académico.
A medida que nos
preparamos para el reencuentro anual en Herbón, que se celebrará el 31 de
agosto, no podemos dejar de rendir un merecido tributo a Molinero, una de las
piedras angulares de nuestro colectivo. Su prematuro fallecimiento dejó una
profunda e insuperable ausencia, recordada con un emotivo homenaje póstumo en
Cacabelos (León) el 16 de marzo de 2013 (simbólico lugar por haber celebrado
aquí, en 2001, la primera “xuntanza”). Más de un centenar de compañeros, amigos
y familiares se reunieron para honrar su memoria, resaltando su legado en
diversas intervenciones, en un acto que sigue vivo en nuestro recuerdo. En su
momento contado así:
"Estamos
aquí porque compartimos algo en común, Herbón, y mantener vivo Herbón supone
que nosotros seguimos vivos: no solo es una cuestión de revivir unos años
claves de nuestra historia vital, de nuestra educación, sino también de
recuperar nuestra propia memoria sentimental, algo en lo que José Luis R.
Molinero fue un precursor y un abanderado por ser el creador institucional
de las Xuntanzas o Encontros anuales". Así lo proclamó el presentador
del acto de homenaje, el periodista Luis Cristobo, ante más de un centenar
de compañeros-as y amigos-as que se congregaron en el restaurante El
Apóstol, de Cacabelos, para recordar a Molinero justo cuando se cumplen
los cinco años de su prematuro fallecimiento.
Al acto asistieron los dos hijos de José Luis R. Molinero, Pablo y Carlos,
quienes recibieron una placa conmemorativa por parte del presidente de la
comisión organizadora del XII Encontro Anual, Juan M. Carpintero, y contó
con la presencia del catedrático de Extremadura Florencio Vicente Castro y
el profesor de Valladolid Juan Donoso Valdivieso Pastor, quienes presentaron
sendas ponencias de "honor y significación en memoria de José Luis" y
sobre el "espacio antropológico" que le tocó vivir al
homenajeado.
"El
que come pan y bebe vino"
Florencio Vicente -quien fue alumno y amigo personal de José Luis- arrancó
su discurso con una premisa básica: "Se comparte lo que se tiene y se
tiene lo que se comparte", para asegurar que el homenajeado
"era celoso de su intimidad, pero daba todo en su entrega, en su
afecto, en su amistad y en su dedicación: era de esos hombres plenos de
generosidad". El catedrático extremeño explicó el pensamiento
filosófico de Molinero no solo desde la praxis científica sino también
"como ser social que come pan y bebe vino", como lo definió
Hesíodo, es decir, como "fabricador de utillaje y de
cultura" para resumir el pensamiento de José Luis: "El hombre es
y consiste en su apertura al más allá".
Con este punto de partida, según Florencio Vicente, José Luis da un paso más: desde el conocimiento de la ciencia es necesario conocer el ser humano y su desarrollo. "Y asumió bien que la confluencia entre la Etnología y otras ciencias delimita un vasto campo donde se debaten muchas cuestiones que son centrales para las ciencias humanas, la cultura, la personalidad, la mitología, la religión, el saber general", según explicó, de manera que José Luis "avanzó en el conocimiento de las cosmovisiones, mitologías y modos de vida diferentes". A ese ser humano concreto "y a su comprensión más profunda dedicó su vida científica José Luis R. Molinero", concluyó Florencio Vicente.
Acto en Cacabelos, 16 de marzo de 2013
Cuarenta
años de Quintana de Fuseros
Por su parte, el profesor vallisoletano Donoso Valdivieso centró su
intervención en el "espacio antropológico" del homenajeado, nativo
(1940) de Quintana de Fuseros, "una localidad menor
perteneciente al municipio de Igüeña, donde la mayor parte de sus
habitantes entonces vivían de la agricultura, ganadería y minería,
mientras que en la actualidad el medio de vida principal son las
pensiones".
Basándose en documentación de la época, Valdivieso adjudicó a Molinero el papel
de "observador participante" pues justo al poco de nacer sus
vecinos "emigran a los países del Nuevo Continente en busca de
fortuna", se instala la traída de aguas a tres fuentes del pueblo y
una nueva campana "proporciona la hora del día para situar mejor el
tiempo" y ya no es preciso ir a la casa del Tío Tomajillo a
observar el reloj de sol en su fachada", así como el lavadero de El
Canelón.
Libros publicados por Rodríguez Molinero
En 1943 Tío Vizcayo consigue la licencia de tabacos y un año más
tarde "de la mano de Lorenzo La Caramela llega al
pueblo la primera bicicleta de la que hay testimonio". En 1945 un
vecino emprendedor llamado El Tío Miguel inicia
la elaboración de gaseosas (hoy Espumosos López SL). Entre 1950-1951 se
conecta la luz de la ELSA desde la mina de MINEX al pueblo colocando el
transformador a la entrada de este por Las Linares y después llega el
saneamiento y pavimentación de las calles, todo costeado por los vecinos
con dinero o trabajo.
El
Crucificado
Según explicó Valdivieso, “la página web que he consultado sobre Quintana
de Fuseros resalta que “el visitante encontrará hospitalidad,
tranquilidad, belleza, y sobre todo la nobleza de sus gentes”. Ofrece
parajes de gran hermosura y un atractivo paisajístico extraordinario pues
se puede practicar senderismo por las pistas forestales existentes, donde
sorprende el nacimiento de un río, las brañas de los pastores, los molinos
de agua, la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y la Ermita del Santo
Cristo de la Cabaña, que alberga la procesión de los amortajados", en
la que "parece ser" que participó el propio José Luis pues
leyó un poema al Crucificado, como es tradicional en esta fiesta.
Rodríguez Molinero y Fr. Antonio Tembra
Tras la lectura de un par de mensajes de última hora -en uno de Porfirio José
Bentosinos se propone nombrar a Molinero "Padre Provincial de los
Exalumnos"-, intervinieron Emiliano Vázquez, Rogelio
González “Escaleira”, Jesús García y Pedro García Fernández, quienes
expusieron sus vivencias con el homenajeado. El presentador del acto
defendió, ya en el tono más festivo de la comida de hermandad, que
"Internet habita en lo que se llama el ciberespacio, ese lugar que
está justo antes del cielo, de manera que José Luis podrá estar al día de
todo lo que hacen ahora sus antiguos compañeros". Tras la
comida, el Coro de Herbón cantó el himno oficial bajo la experta dirección de Ángel Viro.
👉Dos de los artículos académicos del que es autor Rodríguez Molinero publicados en revistas científicas de humanidades