La magia de la memoria compartida
Volver a Herbón,
volver…
La magia de la memoria compartida
Hay lugares en la
vida que no solo son puntos en un mapa, sino espacios sagrados en el corazón.
Para aquellos que alguna vez cruzaron los umbrales del Seminario Franciscano de
Herbón, este rincón de Galicia es uno de esos lugares. Un espacio que, lejos de
ser simplemente una institución educativa, se convirtió en un hogar, un
santuario donde se forjaron amistades eternas y se adquirieron valores que aún
hoy iluminan nuestras vidas.
Cada año los
antiguos alumnos de este centro nos reunimos en un reencuentro que es mucho más
que una mera celebración. Es un regreso a la fuente, un volver a nuestras
raíces, a ese "Herbón" que habita en lo más profundo de nuestros
corazones. Este acto anual, canalizado a través de la Asociación Sociocultural
"Amigos de San Francisco de Asís" (ASAFA), es una oportunidad única
para reconectar, no solo con nuestros compañeros, sino también con nosotros
mismos, con ese joven soñador que alguna vez fuimos.
El himno de la
fraternidad
El himno de los
antiguos alumnos del Seminario es un canto que resume en sus versos la esencia
de lo que significa volver a Herbón. "Cumplidos los años de caudal de la
vida, volvemos como pródigos a incógnita acogida", dice la primera
estrofa, evocando el regreso al hogar después de haber recorrido el camino de
la vida. No importa cuánto tiempo haya pasado, cuántas canas nos cubran la
cabeza o cuántas arrugas surquen nuestro rostro. Volver a Herbón es volver a la
juventud, a esa época dorada en la que el mundo estaba lleno de posibilidades y
todo parecía al alcance de la mano.
Este himno no solo es una melodía que cantamos con fervor en nuestros reencuentros, sino un recordatorio constante de que las experiencias compartidas en Herbón son un lazo indisoluble que nos une para siempre. En cada verso, se encierra la nostalgia, pero también la esperanza de que ese reencuentro anual no sea solo un acto de memoria, sino una renovación de nuestros lazos fraternos.
La enseñanza que perdura
En Herbón (Castroverde, Ponteareas, Compostela, Louro...), no
solo se nos enseñó a latín, lengua, ciencias y religión; se nos enseñó a vivir.
Los franciscanos, con su ejemplo y sus palabras, nos inculcaron valores que
siguen siendo la brújula que guía nuestras vidas: la humildad, la solidaridad,
el amor por la naturaleza y el compromiso con el prójimo. Estos valores son los
que ASAFA promueve a través de sus actividades, manteniendo viva la llama de la
fraternidad que encendieron nuestros maestros.
Los encuentros
que organizamos no solo son momentos para recordar el pasado, sino para
reflexionar sobre el presente y el futuro. Las personas que voluntaria y desinteresadamente
impulsan ASAFA, con su inquebrantable dedicación, posibilitaron que la
asociación sociocultural fuera la batuta que ha dirigido la vida social del
colectivo, creando espacios donde seguimos cultivando esa fraternidad que
germinó en los patios y aulas de Herbón.
Volver a Herbón, como
la primera vez
"Volver a
Herbón, volver, es lo que yo quisiera", resuena en cada reencuentro el
estribillo del himno. Y es que, aunque hayan pasado décadas desde la última vez
que cruzamos las puertas del seminario como estudiantes, cada regreso es como
la primera vez. La emoción es la misma, la ilusión sigue intacta, y el vínculo
que nos une se fortalece con cada abrazo, con cada anécdota compartida.
Hoy, al prepararnos para el próximo reencuentro, sentimos esa mezcla de nostalgia y alegría que nos embarga el alma. Somos peregrinos que regresan a su franciscana infancia, buscando en cada rincón del viejo seminario ese regalo del ayer, ese tiempo sin distancia donde aún éramos niños, donde aún todo era posible.
Este 31 de
agosto, cuando nos reunamos una vez más, no solo celebraremos el pasado, sino
que renovaremos nuestro compromiso con los valores y la fraternidad que nos
unen. Porque volver a Herbón no es simplemente regresar a un lugar físico; es
volver a ser parte de algo más grande que nosotros mismos, es volver a
sentirnos hermanos.
Así, juntos,
seguiremos cantando nuestro himno, con la esperanza de que esta fraternidad que
nos une nunca se apague, y que cada reencuentro nos llene de la misma emoción
que sentimos "como la vez primera".